Petro, reflexiona por favor, sólo si quieres ser Presidente de Colombia

Petro, reflexiona por favor, sólo si quieres ser Presidente de Colombia

Siempre le he dicho a mi mamá, que la personalidad de Petro tiende a fastidiarme. Ese tipo de personalidades de sabelotodo, me molestan. Esa personalidad también la tiene un poco Sadhguru, aunque en mucha menos medida que Petro, y realmente el señor Sadhguru es un científico del Yoga entonces es difícil equivocarse. Es como escuchar a la Doctora Carolina Corcho hablar de medicina.

Pero no hay nada tan bello, a mi parecer, como la humildad, de hecho, uno de los mejores y más sabios escritos, para mí, es el Discurso del método de Descartes:

“… Sin embargo, es posible que me equivoque y que sólo sea cobre y vidrio lo que tomo por oro y diamantes. Sé cuán sujetos estamos a errar en lo que nos concierne y también cuán sospechosos deben parecernos los juicios de nuestros amigos cuando nos favorecen. Pero me gustaría mostrar en este discurso los caminos que he seguido y representar mi vida como un cuadro, a fin de que cada cual pueda juzgarla, y que al llegar a mí las diversas opiniones del público, me sirvan como nuevo medio de instruirme, que añadiré a aquellos que ya tengo por costumbre emplear.

Así, pues, mi propósito no es enseñar el método que cada cual debe utilizar para guiar bien su razón, sino solamente dar a conocer la forma en que he tratador de dirigir la mía. Aquellos que se entremeten a dar preceptos deben considerarse más hábiles que quienes los escuchan, y si incurren en la más pequeña falta, se hacen acreedores de toda suerte de críticas y reproches. Al presentar esta obra en forma histórica o, si preferís, en forma de fábula, en la que, junto a algunos ejemplos que podrán limitarse, encontraréis quizás otros que no deben seguirme, espero que sea útil a algunos sin causar daño a nadie y que todos agradecerán mi franqueza”.

Estimado Gustavo, eres para mí un hombre brillante, y creo que eres la persona que más claro tiene el país, pero no puedes creerte docto en todos los temas. Muchos menos en un tema tan científico como el Covid. Tus tweets ayer, al tener tantos seguidores, y ser una persona tan respetada causaron una alarma que muchos lo interpretamos de una forma distinta a la que tú supuestamente querías que fuera interpretada. Incluido el equipo de twitter. Yo cuando vi todo lo que causaste recurrí a la persona que para mí es la mejor comunicadora de Salud Pública que hay y es la Doctora Corcho, que mediante RT explicó en su TL que las personas vacunas van a tener igual carga viral y transmisión del virus Covid y sus variantes. Quizás la Delta es más rápida en contagiarse y por eso la aceleración de la vacunación debe ser de una importancia suprema. Que las vacunas lo que hacen es prevenir enfermedades graves y hospitalización, que fue lo último que dijiste citando el tweet que twitter afortunadamente catalogó como una irresponsabilidad “missleading”.

No seas un Donald Trump, que estoy seguro es menos sabio que tú, pero no pretendas saber de todo. Siempre me ha dado la impresión de que tú crees que sabes de todo y que es difícil trabajar contigo. Eso lo dirán quienes han trabajaron contigo en la Alcaldía de Bogotá. Muchos culpan que tienes malos asesores. Yo te culpo a ti, que no te dejas asesorar. Quizás de pronto no seas cercano a la Doctora Corcho, pero seguro tienes científicos, que ni tú ni yo somos, que van a interpretar mucho mejores artículos científicos que tú. Consulta con ellos antes de exponer tus interpretaciones. Y lo peor es que al final nos tratas, incluso a twitter, de lectores desprevenidos. Qué falta de humildad. Aprende de un gran sabio como Descartes.

Finalmente, quiero citar algo del Panchantra de la India, en el consejo que les da a los gobernantes:

“Es menester que medite largamente antes de tomar cualquier decisión y que estudie con serenidad, uno a uno, sus problemas y los considere luego en su conjunto. Debe escuchar y analizar con sumo cuidado los consejos de sus colaboradores, porque el que de este modo no procede, el que no presta su atención a los buenos consejos, estará condenado al fracaso así tenga buena suerte y actúe dentro de las más favorables circunstancias, porque el mérito compartido no ha sido el patrimonio de los que de noble linaje ni de los plebeyos, sino de los que tienen, y hacen uso de su talento y saben escuchar la voz sabia que da el buen consejo…

Es indispensable que el que se ve acosado por cosas graves, tenga un consejero de su plena confianza a quien acudir para confiarle sus problemas, comentarlos con él y obtener su concurso para formarse una mejor opinión respecto de ellos y de las decisiones que sea del caso adoptar. A este comportamiento no le quita valor alguno el hecho de que el que pide el consejo sea de más vastos conocimientos y de más talento que aquel a quien se consulta, porque la opinión ajena nos trae siempre nuevas luces y nos ayuda a formarnos un mejor criterio, así como ocurre con una gran hoguera cuyo fuego arde más al arrojar sobre ella la grasa.

El consejero, por su parte, está obligado a expresar con lealtad sus opiniones a quien se las pide, tener paciencia para sacarlo del error, discutir y aclarar todo lo que aparece oscuro y vago, hasta llegar a un pleno acuerdo y un entendimiento cabal. Y si así no procede el consejero, en forma leal y sincera, con el que a él se le confía; ello equivaldría a estar confabulado con el enemigo de quien deposita en él su confianza. Y en este caso al que ha pedido consejo le habrá ocurrido lo que al mago inexperto que quiso lanzar al diablo contra su enemigo, y habiendo fracasado en su artificio, quedó presa del diablo”.