La Economía, una ciencia humana muy bien manipulada

LA ECONOMÍA, UNA CIENCIA HUMANA MUY BIEN MANIPULADA

Quizás el título suene escalofriante, sobre todo para los que han dedicado su vida a estudiar economía, incluso hay premio Nobeles en dicha ciencia, pero es mi opinión. Mi primer artículo en este blog hace referencia al dilema entre socialismo y capitalismo. El fantasma que ataca el mundo. Sobre todo, el mundo de los más ignorantes. Que se atrevieron incluso a decir que Joe Biden era castrochavista. No sólo el Castrochavismo sino también con la emisión de billetes del Banco de la República. Hace poco escuché un fragmento en las Opinadoras del hoy Ministro de Hacienda diciendo que lo que se hizo con los Bancos no fue una emisión de billetes sino una compra de algo (dijo las siglas) que la emisión tendría unas consecuencias catastróficas como todos conocemos, etc., etc.

Siempre me ha dado mucha desconfianza los economistas y sus tecnicismos por eso recurrí a una autoridad en Economía. Así fueron sus palabras literales:

“En Economia se puede hablar de "leyes" como tendencias, o semi-leyes como dicen algunos, y así es en la sociedad pues los humanos son complejos. Lo que pasa es que si la gente sólo está formada en teoría neoclásica, cree que hay ese tipo de leyes. Petro conoce bien estos temas y es vilipendiado porque su enfoque es más heterodoxo. Si el gobierno emite bonos y el banco de la República los compra, en el fondo, es una deuda de yo con yo. allí tiene razón. Los neoclásicos le tienen pánico a eso, pues desarticula el negocio del sector financiero. Yo apoyo a Fajardo pues es más moderado, pero en eso, estoy de acuerdo contigo, son construcciones sociales del hombre, aunque hay tendencias que se deben respetar. Si emites dinero a la loca como hizo Maduro, es un desastre por ejemplo”.

Le pedí que me recomendara dos libros para aprender sobre economía y me recomendó dos, uno en español de Yanis Varoufakis “Economía sin corbata, conversaciones con mi hija” 2da edición, Editorial Ariel, el cual lo acabo de leer y realizaré un resumen de él con sus respectivos comentarios. Es bastante interesante lo que él propone y va de acuerdo con mi pensamiento de que la economía se ha transformado en tecnicismos controlados por un grupo afín a los grupos de poder. Ya veremos cuál será la opinión de cada uno. De antemano les recomiendo leer este libro para que ustedes mismos saquen sus propias conclusiones.

En la introducción el autor señala: “siempre he pensado que si no puedes explicar las grandes cuestiones económicas de forma que los jóvenes las puedan entender, es que ni tú mismo las entiendes”. Señala que en la historia de la humanidad, a partir de la producción agrícola se creó el elemento básico de una verdadera economía: el superávit (p. 13). Es decir, lo que sobrepasa de la producción agrícola. El autor señala: “la producción de superávit agrícola generó los siguientes milagros de la sociedad: escritura, deuda, dinero, Estados, ejércitos, clero, burocracia, tecnología e incluso la primera forma de guerra bioquímica” (p. 14).

Según el autor la escritura apareció en Mesopotamia principalmente para saber cuánto había depositado cada persona en un almacén común. Referente al dinero, señala que, en la misma Mesopotamia, “las monedas metálicas se utilizaban para registrar la distribución del superávit agrícola mucho antes de que se les diera el uso actual” (p. 15). En la página 16, explica el autor que la existencia del Estado, burocracia y ejércitos viene de la mano con el superávit. No puede existir un estado sin superávit dado que necesita burocracia, policías que defiendan los derechos de propiedad, entre otras cosas. Debido a que, gracias al superávit, hay muchos que pueden vivir sin necesidad de trabajar en el campo (p. 17).

En la misma página 17, el autor señala la creación del clero estableciendo: “la respuesta es: mediante la inculcación de una ideología legitimadora que convencía a la mayoría de que los gobernantes lo eran por derecho. De que así debían ser las cosas. De que eran de sangre azul. De que su derecho a la soberanía derivaba de un poder superior. De que las cosas estaban como estaban por gracia de Dios”. El autor afirma que sin superávit nunca se hubiera incluido este tipo de figuras complejas como la clase sacerdotal dado que no hubieran podido mantenerse al no producir nada (p. 18). “El superávit agrícola también impulsó de manera asombrosa la tecnología” (p. 19). Dados los hacinamientos que se produjeron alrededor del superávit se dio la creación de bacterias mortales que incluso fueron utilizadas por los europeos para su beneficio (p. 20).

El autor responde también a una pregunta que siempre nos hacemos todos, por qué las superpotencias imperialistas aparecieron en Eurasia y por qué Estados Unidos se ha convertido en una de ellas. En la página 21 señala, “hemos visto que el origen de todo está en el superávit. El superávit agrícola fue el detonante para que se crearan los ejércitos, los Estados opresores, la escritura, la tecnología, la pólvora, los bancos internacionales, etcétera. Hemos visto que las economías agrícolas han desarrollado armas bioquímicas capaces de acabar con sociedades no agrícolas, como la de los aborígenes australianos”. Contrario a esto en países como Australia los alimentos no escaseaban, por lo tanto, no se necesitó de tecnología que acumulara un superávit.

Con relación a África, el autor señala en su página 23, que “las sociedades africanas que desarrollaron economías agrícolas – por ejemplo, la actual Zimbabue – no tenían la posibilidad de extenderse hacia Europa, puesto que era imposible que sus cultivos se aclimataran más al norte hacia el ecuador o en el Sahara”. Contrario a esto, los pueblos de Eurasia, al descubrir la agricultura se ampliaron y crearon todo lo antes mencionado.

Posteriormente, en el capítulo 2 sobre el “precio frente al valor”, a partir de la página 27, pero de las frases más significativas se encuentra en la página 32 en el cual señala: “nuestras sociedades tienden a hacernos cínicos a todos. Y nadie más cínico que el economista que cree que el único valor es el valor de cambio, y minimiza los valores intangibles en el seno de las sociedades en las que todo se valora con criterios de mercado”.

El autor explica en la página 38, la diferencia entre sociedades de mercado y sociedades con mercado. Así lo explica: "para decírtelo de manera más sencilla, el predominio de los comerciantes europeos en el Extremo Oriente y en América antes del siglo XIX no requiere un análisis económico para ser explicado, por la sencilla razón de que, por aquel entonces, aún no habían surgido economías con lógica de mercado (o sociedades de mercado), sino sólo sociedades con mercados. La razón por la que te canso <<hablándote de economía>> se debe al hecho de que hoy nuestras sociedades son de mercado y, por lo tanto, la única manera de comprenderlas como tales y en términos económicos, algo imposible hace tres siglos”.

Posterior, en la página 39, ya desarrolla el tema de las sociedades de mercado. Establece que para el proceso de elaboración de un producto se requiere de tres factores: trabajo, medios de producción – que a menudo aparecen mencionados como capital – y tierra. En las sociedades más antiguas ningunos de estos factores de producción eran mercancía. A contrario sensu, las sociedades de mercado nacieron cuando dichos factores de producción se comercializaron. Dice el autor, en la página 46, que este cambio tuvo sus efectos tanto positivos como negativos, por el lado bueno se acabó el feudalismo, pero “aumentó como nunca antes la infelicidad y aparecieron otras formas de pobreza, nuevos tipos de esclavitud en potencia”. Aclara que eran libres dado que nadie podía obligarles a trabajar a la fuerza como ocurría con el feudalismo.

Ahora viene, a mi parecer, el concepto más terrorífico de la economía, que el autor lo explica en la página 48, la deuda. El autor señala en dicha página, “un concepto injusto y difícil de comprender: la deuda”. Señala el autor que el islam prohíbe el cobro de interés (p. 51), así como el cristianismo. “Eso explica que no sea una casualidad que, en aquella época, en el siglo XVI, los bancos recién fundados pertenecieran a judíos, puesto que la religión judía era la única que no prohibía el préstamo de interés”. Finaliza el autor con el concepto de deuda, “la deuda es para las sociedades lo que es el infierno para el cristianismo: algo tan necesario como desagradable”. El problema de la deuda no es la deuda en sí, como se explicará más adelante, dado que nadie está obligado a dar dinero sin recibir algo a cambio, sino la lógica como opera el sistema financiero en todo el mundo.

Con relación al beneficio el autor hace un contraste con la historia para finalmente llegar a la conclusión, en la página 57, “primero significa que la deuda se convirtió en la parte más importante del proceso productivo. Las etapas de producción del superávit cambiaron por completo. Donde antes teníamos producción-distribución-deuda, ahora aparecía: deuda-distribución-producción. Segundo significa que el beneficio se convirtió en el objeto de culto de la nueva clase empresarial”. Posteriormente, el autor nos habla sobre la riqueza, “a los poderosos les interesaba más ser ricos mediante el robo a otros señores feudales o pueblos, conspirando para ganarse los favores del rey o a través de guerras o duelos. Así aseguraban su riqueza, su poder y la gloria con la que soñaban. Ni se les ocurría pensar en el beneficio. Por eso decía que las sociedades de mercado convirtieron en inseparables la deuda, el beneficio y la riqueza. Todos sabemos que el beneficio va asociado a la riqueza” (p. 59).

Luego el Capítulo 4 trata sobre confianza, crisis y Estado. Señala el autor en la página 61, “comerciantes ha habido siempre. Empresarios, no”. “Este modelo de empresario nació al mismo tiempo que la sociedad de mercado”. Ahora el autor toca un tema que siempre me ha intrigado y es el poder de los banqueros dada la importancia de la deuda en las sociedades de mercados. En la página 62 señala, “el papel de los magos malvados en mi <<cuento>> está reservado a los banqueros". En la siguiente página dice que, a diferencia del empresario, el banquero no organiza la producción. Posterior, en la página 65 el autor habla de CRAC, “cuando <<la mano>> del banquero se pasa de la raya, y grava al presente con obligaciones hacia el futuro que, por mucho que lo intente, no podrá cumplir, es cuando llega el crac. La bancarrota. La quiebra. La hibris de la mano del banquero se paga con una némesis muy dolorosa”.

“Como dijo un conocido economista, el proceso por el cual los bancos crean dinero de la nada es tan fácil que la mente no lo puede entender” (p. 66). El banquero especula. Así lo explica detalladamente el autor en las páginas 66 y 67: “Por la gracia del banquero, Miguel recibe 500,000 euros de la nada o, más concretamente, del futuro. El banquero gana en esta operación un importante porcentaje de intereses: cuando más dinero haya traído del futuro a los Migueles, mayor será su beneficio. Puesto que no tiene ninguna limitación seria, y puede <<crear>>, es decir, traer del futuro, cuanto dinero quiera, los períodos de estabilidad y de desarrollo hacen confiar al banquero en que realmente no hay límites. Por lo tanto, <<crea>> cada vez más dinero. En realidad, saca cada vez más valor de cambio del futuro y lo trae al presente”. Muchas personas tomarán esto como un invento del autor, pero es en la Banca donde se demuestra la verdadera manipulación de la economía en conveniencia de los Bancos y su gran poder. No sólo pasa en Colombia, en el cual el gobierno benefició a los Bancos durante esta crisis en vez de ayudar a los pequeños empresarios que producen, dan empleo, generan trabajo, y benefician al país. He allí la gran manipulación porque todos lo vemos como normal algo que todas luces es anormal. Es como cuando se creía que el señor feudal tenía derecho, incluso a tener relaciones sexuales con la novia recién casada, antes que el propio esposo.

Luego en la página 69 se habla del Estado, y dice en la página siguiente que para que todo esto descrito previamente, es decir, la especulación del dinero por parte de los bancos sea efectivo, “el Estado se ve obligado a crear un banco propio, al que denominamos <<Banco Central>>, que en los momentos difíciles presta dinero a los banqueros. ¿De dónde presta dinero? De la nada”. Pero veremos más adelante cómo nos manipulan. De hecho, el autor hace un símil con la película Matrix sobre todo este sistema económico. Cabe recalcar para los que ya lo quieran meter castrochavismo a esto, el autor es griego, y no critica nunca el modelo capitalista. Termina diciendo en la página 70: “es así como el Estado consiguió tener el derecho exclusivo de imprimir billetes y de gestionar la moneda”.

En la página 71, subtitula, Estado y Banqueros: una relación tóxica. Allí dice que el banquero siempre sabe que el Estado acudirá a salvarlo en momentos difíciles, por eso no tiene motivo para temer ni para restringir los préstamos que da, siempre por supuesto con intereses para beneficiarse particularmente. Y voy a citar una parte que me parece muy fuerte y que muchos criticarán, pero para mí es la realidad:

Página 72: “En realidad el Estado sí debería salvar a los bancos porque, ciertamente, es importante que no cierren – para que no se pierdan los depósitos de los ciudadanos y para que no se derrumbe el sistema de pago que constituye el <<sistema circulatorio>> de la economía -, pero no a los banqueros. Debería mandar a los banqueros a casa, sanear los bancos y, luego, si el Estado no quiere quedárselos, venderlos a nuevos propietarios. Pero estos nuevos propietarios deberían saber que, si llevan los bancos que acaban de adquirir a la bancarrota (por prestar de manera imprudente, por ejemplo), los perderán.
        Desgraciadamente, la mayoría de las veces los políticos que gobiernan el Estado salvan a los banqueros usando el dinero de los ciudadanos más pobres. A cambio, los banqueros financian la campaña electoral de los políticos que tan bien los han tratado. El resultado es una relación demasiado <<estrecha>> entre políticos y banqueros. Una relación perjudicial para el resto de la sociedad”.

Posteriormente, el autor subtitula, deuda pública: el fantasma del drama. P. 73 “En la sociedad en la que vivimos pasa algo muy sorprendente: en los períodos de bienestar los empresarios y los banqueros están en contra del Estado. Le acusan de ser un <<obstáculo>> para el desarrollo>>. Un <<parásito>> que chupa la sangre de la <<economía privada>>, es decir, de ellos mismos, a través de los impuestos. Se oponen enérgicamente a cualquier medida política esencial para para la economía social”. El autor señala dos razones: 1) imponga limitaciones a la deuda privada y 2) porque no quieren que el Estado tenga gastos sociales porque temen que ellos sean los que los costeen.

Contrario, cuando hay crisis, tanto los empresarios como los Bancos exigen que el Estado los ayude y que los salve con dineros públicos sin importar de dónde se obtengan. Ya sea con más impuestos, emisión de dinero o compra, etc. “Es lógico por su parte quieren que la sociedad les proteja en los momentos difíciles, pero, cuando las cosas les van bien, le dan la espalda a la sociedad” (p. 74). En la página 75 señala el autor que sin violencia estatal los poderos no podrían hacerse ricos. Vemos por ejemplo lo que pasó en Colombia durante las marchas.

Luego en la página 75 señala que la diferencia entre los gastos públicos y los que ingresa el Estado con los impuestos se llama déficit público, y en estos casos el que presta el dinero son los bancos privados que prestan con intereses, pero cuando ocurre un crac, el Estado acude a salvar a los banqueros con dinero público que puede provenir o del Banco central, impuesto, préstamos al extranjero, entre otras cosas, lo cual es a todas luces ilógico. He allí, como se dijo previamente, la gran manipulación, porque pensamos que es lo correcto para que el Estado funcione, cuando claramente, el Estado debería prestarle a los bancos dinero con intereses, o como señaló el autor quitárselo a los dueños dado su irresponsabilidad.

En la página 174 el autor señala con relación a nuevas tendencias de moneda como bitcoin. “E dinero debe estar controlado por el Estado, puesto que sólo el Estado puede asegurarte que, si alguien se lleva tu dinero (a) el dinero robado se te devolverá y (b) el ladrón será perseguido y castigado. El autor habla de la valía del Estado pero que no esté a favor de los intereses particulares.

En autor explica en la página 162 el concepto de deflación e inflación de acuerdo a lo que sucedía en un campo de guerra, “en resumen, el bombardeo había provocado la llamada deflación, es decir, un aumento del valor de cambio de las unidades monetarias provocada por la reducción de la proporción de la cantidad de dinero en relación a la cantidad del resto de bienes. En otras palabras, lo contrario de lo que llamamos inflación, es decir, la reducción del valor de cambio de las unidades monetarias cuando la producción de las unidades monetarias aumenta con relación a la cantidad del resto de bienes. En períodos de inflación, necesitas cada vez más unidades monetarias para comprar el resto de los bienes. Dicho de otra manera, los precios de todos los bienes, en términos de cigarrillos, suben. En cambio, la deflación lleva a la reducción de precios, en términos de cigarrillos, del resto de todos los bienes”.

En la página 185 señala: “desde hace tiempo, los manuales de economía, la forma dominante de la teoría económica, los suplementos económicos de la prensa y los comentaristas económicos que aparecen en los medios intentan convencernos de que los asuntos económicos son demasiado técnicos para que los simples mortales tengan una opinión sobre ellos (y cuánto mejor que los dejemos a los banqueros, a los tecnócratas, a los <<expertos>>. Toda esta exposición sobre la economía recuerda al Matrix que describía Morfeo: una realidad virtual, una prisión para nuestras mentes cuyo objetivo es ocultarnos permanentemente la verdad amarga”

¿Qué verdad? Se pregunta el autor. Que somos sociedades injustas, tremendamente ineficaces por cómo malgastas nuestras posibilidades de producir riqueza real. “La verdad, finalmente, de que los que se enfrentan a esta verdad y lo dicen, son castigados de manera despiadada por una sociedad que no soporta encararse a sí misma, en el espejo de la lógica y del pensamiento crítico". Finalmente, el autor señala lo que señalé yo en el primer escrito de este blog que la economía no es física, por lo tanto, es una creación humana que manipula incluso más que la propia religión.

Página 188: “Por desgracia, la mayoría aplastante de mis compañeros de trabajo, de los economistas, eligen fingir que son científicos, y así acaban pareciendo a los astrólogos o a los teólogos que sacan a relucir pruebas matemáticas sobre la existencia de Dios, en definitiva, a un clero que fomenta la ignorancia y el prejuicio de las personas que viven en un clima de ansiedad por la supervivencia y de miedo sobre el porvenir”.

Finalmente, en la página 191 dice el autor: “por desgracia, no existe una píldora roja que puedas tragar con un vaso de agua, como lo hizo Neo. Lo que existe es el pensamiento crítico y la persistencia en no aceptar algo sólo porque otros lo dicen o porque eso es lo que opinan los poderosos, la mayoría, los <<otros>>.

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